La Serra de Tramuntana es la principal sierra de las Islas Baleares y está situada al noroeste de Mallorca. Este magnífico conjunto de montañas, declarado Patrimonio de la Humanidad en 2011, toma su nombre del viento de Tramontana, que según la rosa de los vientos mediterráneos es el que llega por el norte. A lo largo de sus 87 kilómetros de longitud, encontrarás algunas de las vistas más bellas y espectaculares de Mallorca, por lo que no deberías perderte estos tres magníficos miradores:
Mirador des Colomer, Pollensa
El Mirador des Colomer es, probablemente, el más famoso de la Sierra de Tramuntana. Construido en 1961, se encuentra en la parte superior de una roca vertical de más de 200 metros de altura al que se accede gracias a unas escaleras de piedra esculpidas. Sus espléndidas vistas al Cabo de Formentor y a los acantilados que rompen sobre el Mar Mediterráneo son una de las postales más reconocibles de Mallorca, especialmente durante la puesta de sol. El mirador se encuentra a unos 5 kilómetros de Mar Hotels Playa Mar & Spa en Puerto de Pollença, en la carretera que se dirige a Formentor.
Mirador de na Foradada, Deià
Situado en la emblemática Finca de Son Marroig, en la carretera que une Deià con Valldemossa, el Mirador de na Foradada ofrece una de las mejores estampas de Mallorca. Durante el día podrás contemplar los escarpados acantilados del norte de la isla y la península de Sa Foradada, que cuenta con un peculiar agujero en el extremo superior de la roca; y, al atardecer, disfrutarás de una de las mejores puestas de sol del Mediterráneo. Además, junto al mirador, se encuentra el Restaurante de na Foradada, que cuenta con una espaciosa terraza para disfrutar del paisaje que rodea este privilegiado enclave mallorquín, tanto con amigos como en pareja.
Mirador de Ses Ànimes, Banyalbufar
El Mirador de Ses Ànimes se encuentra a tres kilómetros de Banyalbufar, en dirección a Estellencs, y ofrece unas maravillosas vistas del Mediterráneo y de la Serra de Tramuntana. Su privilegiada ubicación fue uno de los motivos por los que en 1579 se construyó aquí la Torre des Verger, que servía para alertar de la llegada de piratas e invasores a la isla, cuyos restos aún pueden contemplarse, tras haber sido parcialmente derruida por un rayo. La leyenda cuenta que las almas (en mallorquín, “ànimes”) tejen redes invisibles en las noches de invierno para atrapar a quien se atreva a pasar por sus alrededores. Así que, si eres supersticioso, estás de enhorabuena, ya que podrás seguir disfrutando de sus espectaculares vistas durante todo el verano.