¿Te gustaría conocer y utilizar en persona un avance que revolucionó el estilo de vida del pasado en Mallorca? Entonces, este post te será útil.
Empecemos con una breve introducción para situarnos mejor: Sóller es un pintoresco pueblo mallorquín, muy conocido por sus campos de naranjos y sus deliciosas gambas, obtenidas directamente del Mar Mediterráneo. En el siglo XX la comercialización de sus productos estaba muy limitada debido sus precarias comunicaciones y accesos, ya que se sitúa justo detrás de la Serra de Alfàbia, y solo se podía transportar mercancía a la capital por vía marítima o por una estrecha carretera de tierra que serpenteaba el conocido “Coll de Sóller”.
Para conectar el aislado pueblo de Sóller con Palma, y transportar tanto mercancías como pasajeros, el 16 de abril de 1912 se inauguró el tren de Sóller seguido, años más tarde, de un tranvía que conectaba el pueblo con el Puerto de la localidad.
Con el paso de los años, las carreteras fueron mejorándose y el uso de coches aumentó su uso, por lo que el tren estuvo a punto de cerrar. Fue entonces cuando, gracias al apoyo de la ciudadanía, se decidió, darle un uso turístico al tren de Sóller. Este nuevo uso permitía a los pasajeros, turistas y residentes, hacer el mismo trayecto que hacía el tren en sus inicios y, a su vez, mantener la empresa a flote, asegurando que las piezas y coches que componen el ferrocarril siguieran siendo las originales.
Movido gracias a un automotor de tracción eléctrica, el ferrocarril de Sóller es el único de estas características que se encuentra en funcionamiento actualmente. A lo largo de su trayecto de 27 kilómetros, que dura alrededor de una hora, el tren pasa por 13 túneles que atraviesan la Sierra de Tramuntana hasta llegar a su destino final, Sóller, donde los pasajeros pueden visitar el pueblo y, si lo desean, usar el tranvía para llegar hasta el puerto de forma tradicional.
El tren de Sóller es miembro de la Federación Europea de Ferrocarriles Históricos y Turísticos (Fedecrail), una asociación que aglutina a 650 ferrocarriles y museos ferroviarios de 27 países europeos, y es, sin duda, una de las mejores experiencias para disfrutar tanto en pareja como en familia en Mallorca.
Si quieres más información o consulta los horarios y precios, no dudes en visitar su web. ¡Vale la pena!